Llegamos al último capítulo de esta adaptación de La historia de Lisey y empezamos con Lisey y Dooyle en Boo’ya Moon viendo como el chaval larguirucho tiene puesta su atención en ellos.
Dooyle no termina de creer lo que ve, un ser compuesto de cuerpos humanos, pero parece que está encantado con él, como si eso confirmara sus delirios con respecto a su imaginaria relación con el fallecido Scott, y claro, el chaval larguirucho termina con su vida.
Por su parte Lisey, ya libre de Dooyle, consigue despedirse de Scott en el lago y vuelve al mundo real donde lo primero que hace es deshacerse de los restos de Dooyle, y esta es una escena que chirría un poco, ya que Lisey se deshace de las parte de Dooyle como quien tira la basura.
Y llegamos a la recta final del episodio en la que Lisey encuentra el relato que Scott le deja y que se titula «La historia de Lisey», aunque más bien debería titularse «La historia para Lisey» ya que en realidad es la historia de lo sucedido entre Scott y su padre, un final traumático y sangriento que marca el final de la niñez del escritor.
Al final este relato que le deja Scott le sirve a Lisey a pasar página y cerrar el periodo de duelo por Scott y poder continuar con su vida.